Durante muchos años, el combate químico de plagas ha ayudado al hombre a proteger sus cosechas. Sin embargo, paradójicamente, cada año se deben ser aplicadas dosis mayores de los plaguicidas para mantener el rendimiento de los cultivos.
Hoy en día, se puede calificar de masivo el uso de plaguicidas por parte de los agricultores, quienes han llegado a depender caso totalmente de estos compuestos. Este uso intensivo de plaguicidas está produciendo efectos negativos a nivel económico, agrícola, ambiental y en la salud.
Hoy en día, se puede calificar de masivo el uso de plaguicidas por parte de los agricultores, quienes han llegado a depender caso totalmente de estos compuestos. Este uso intensivo de plaguicidas está produciendo efectos negativos a nivel económico, agrícola, ambiental y en la salud.
El uso intensivo, extensivo e irracional de los plaguicidas conlleva consecuencias negativas sobre el ambiente debidas a la utilización de sobredosis, las aplicaciones innecesarias, la aplicación en condiciones climáticas inadecuadas, las aplicaciones domésticas y organismos acuáticos, el deshecho inadecuado de envases y sobrantes de plaguicidas, el lavado de equipo de aplicación en ríos u otras áreas no apropiadas, lo cual ocasiona la contaminación directa o indirecta de los diferentes componentes ambientales con efectos a corto y largo plazo.
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